Quedó demostrado la noche del sábado cuando se presentó ante casi 18 mil personas que aplaudieron sin cesar y corearon sus temas, motivando al charro mexicano a ofrecer dos conciertos en uno.
Sí, Fernández concluyó las canciones que tenía contempladas en su tour “Confidencias”, pero ante la euforia de las mujeres su adrenalina estaba tan alta que se fue a quitar su vestimenta de mariachi y regresó en “t-shirt” para regalar otro concierto, con diez temas en homenaje a su padre, Vicente Fernández.
Pocas palabras, muchas canciones conocidas para el éxtasis sentimental y un hombre que tiene un magnetismo de alta potencia entre las féminas parecen ser la clave que explican la convocatoria lograda en el Quisqueya.
El artista, que inició su presentación a las 9:15 de la noche, lució de buen ánimo y en buen estado de salud. Al parecer, superó su lesión en la rodilla, aunque se auxilió en algunos momentos de un bastón para apoyar su pie.
“Sé que ha sido larga la espera, pero aquí estamos estrenando show y gira”, expresó ante la multitud.
Fernández, de 42 años, dividió el concierto en variossegmentos: baladas pop, boleros y rancheras (este último fue el de mayor empatía).
La mujer es el centro de sus canciones y palabras. “Hay hombres que no pueden estar con una mujer, pero tampoco pueden vivir sin ella”, manifestó antes de cantar “Cómo he de vivir sin ti”.
El artista incluyó su reciente hit: “Hoy tengo ganas de ti” y en el bloque pop recordó una canción “muy vieja, pero muy buena”: “Procuro olvidarte”, seguida de “Canta corazón” y otras.
“Nos vamos a desnudar”, dijo para rememorar “Me dediqué a perderte”, “No sé olvidar” y “Si tú supieras”.
La presencia del mariachi Gran México era el preludio de lo mejor de la nche. El “asesino de mujeres” puso arrebató a las féminas con “Mátalas”, la cual dedicó “a las que mandan, las mujeres”.
En el repertorio elegido no faltaron “Qué lástima”. “Cascos ligeros”, “Abrázame”, “Nube viajera” y “Tantita pena”.
En una falaz despedida, a la altura del tema “Como quien pierde una estrella”, muchos le creyeron y comenzaron a irse. Pero había más.
Quienes se marcharon luego de que El Potrillo pronunciara sus palabras de despedida se perdieron del verdadero concierto, o por lo menos de la parte que arrebató los sentidos.
Fernández regresó ligero de ropa en 30 minutos le regaló al publico diez canciones más, que fueron cantadas no solo por el artista, sino también por sus seguidores.
Se trató de lo que denominó un homenaje a su padre que a las 11:40 dejó corazones alborotados.
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